La Justicia allanó la casa y la empresa de Antonio Juan Manuel Arcos Cortés, el nuevo dueño del hotel que se derrumbó en Villa Gesell. El hombre podría ser imputado en las próximas horas por la fiscal Verónica Zamboni, de la Fiscalía número seis de Villa Gesell. La abogada Graciela Bravo, integrante del equipo de letrados de Fernando Burlando y Miguel Ángel Pierri, afirmó que el sospechoso "tiene responsabilidad tanto penal como civil".
Cortés dijo que "solo responderá ante la Justicia", y que "luego de 72 horas de la tragedia del 29 de octubre ante distintas versiones periodísticas erróneas se llamó a silencio por respeto a las personas fallecidas, a las desaparecidas y sus familiares", señala en un texto que hizo público. El empresario sostiene que aportó "la documentación solicitada por la Justicia", y agrega que "seguirá aportando lo que esté a su alcance".
Con respecto a los trabajadores, remarcó que "eran muy cercanos" y que sienten "un gran afecto" hacia ellos. Cortés también es propietario de la terminal de ómnibus de Liniers y un hotel en Mar del Plata, que hace un tiempo fue protagonista por un incendio en la cocina. El hecho se produjo en 2022 cuando se evacuó a los huéspedes, pero no hubo que lamentar heridos ni víctimas.
Investigaciones revelaron que había sido denunciado en 2018 junto con el dueño de la terminal de Retiro por no pagarle a los maleteros, ni reconocerlos como tal, aunque sí exigirles tareas no reglamentadas. Además, dos fuentes señalaron que suele comprar hoteles y aparts para luego refaccionarlos, como con el hotel Dubrovnik.
Fuentes del caso también indicaron que en Ostende se arrestó a un hombre de 30 años acusado de ser uno de los contratistas; es el quinto sospechoso detenido. La Fiscalía, por su parte, había ordenado su aprehensión por el delito de "Estrago doloso agravado", quedando a disposición del magistrado actuante y bajo custodia de personal de Policía Federal Argentina.