La depresión post-vacacional, aunque no sea una condición clínica formal, impacta significativamente en el bienestar emocional de las personas. El cambio abrupto de la relajación a la responsabilidad laboral o escolar contribuye a la dificultad de adaptación.

En Argentina, una de cada diez personas sufre algún tipo de depresión. El retorno a la rutina puede generar tristeza y estrés, especialmente cuando nos enfrentamos a la acumulación de tareas y a las presiones del entorno laboral.

La psicóloga Candela Colussi Beveraggi habló respecto de este síndrome, cómo nos afecta y qué podemos hacer para combatirlo.

• ¿Cuáles son las características comunes que se observan en las personas que experimentan este fenómeno? ¿Cómo darse cuenta si estamos sufriendo este tipo de depresión?

Este síndrome tiene los mismos síntomas que cualquier cuadro depresivo: falta de voluntad, desinterés, desmotivación, animo bajo, irritabilidad, cansancio, sensación de agobio, hastío. La raíz de estos síntomas nace del cese del ocio y de volver a tomar contacto con las rutinas principalmente laborales

• ¿Existen estrategias psicológicas (tips) específicas que pueden ayudar en esta transición? ¿Qué consejos prácticos podría ofrecer a las personas que están experimentando la depresión post-vacacional?

Lo mejor que se puede hacer es volver a la rutina progresivamente, el cerebro procesa mejor los cambios progresivos que los bruscos. En Argentina el 70% de las personas no está a gusto con su trabajo, hay que pensar en abordar las cosas de otra manera, con objetivos positivos y flexibilidad.

Intentar que nuestra rutina cotidiana tenga momentos de bienestar y descanso, ya que es la rutina que sostenemos la mayor parte del año. Que nuestra vida durante del año no sea completamente opuesta a nuestras vacaciones, porque es ahí cuando nace la angustia, en el cambio abrupto de rutinas.

El uso de las palabras "tengo" o "debo" reducen la motivación. La motivación nace cuando aquello que tenemos que hacer tiene un sentido para nosotros y solo lo vemos como una obligación. Es necesario agregar factores que estimulen el sentido, evitar plantear aquello que tenemos que hacer como un deber y nada más.

• ¿Existen riesgos a largo plazo asociados con este síndrome?

Como en cualquier depresión, cualquier cuadro depresivo que se prolonga en el tiempo nos dispone a otras patologías o a depresiones mas graves. También nos pone en riesgo de contraer patologías de tipo cardiovasculares, dérmicas, gástricas, del sistema nervioso, autoinmune, entre otras.