En el marco del debate por la posible privatización de la hidrovía, el ingeniero Hugo Rohrmann, especialista en recursos hídricos, brindó su perspectiva sobre el impacto ambiental del dragado en el río Paraná. En comunicación con Radio Facundo Quiroga, sostuvo que los trabajos de profundización en pasos críticos no representan una alteración significativa del ecosistema fluvial, a pesar de los cuestionamientos de sectores ambientalistas.
“En líneas generales, a un río como el Paraná prácticamente no se da cuenta de que en un sector durante 1000 metros se lo dragó”, señaló. Explicó que la profundización se realiza únicamente en tramos muy específicos del canal, donde se detectan obstáculos para la navegación. “El Paraná tiene en nuestra zona entre 2 y 3 kilómetros de ancho, y se trabaja en sectores de 30 metros. No hay un impacto ambiental como para decir que va a generar inundaciones o alteraciones graves”, afirmó.
Rohrmann también remarcó que el río está en constante transformación debido al transporte de sedimentos, lo que modifica su morfología de manera natural. “Los bancos de arena y las islas se mueven permanentemente, aunque no lo notemos salvo en épocas de bajante extrema”, apuntó.
Respecto a las advertencias sobre un posible efecto negativo del dragado en los humedales, el ingeniero aclaró: “Los humedales se alimentan cuando el río supera los 6 metros y desborda. Mientras eso no ocurra, dependen exclusivamente de las lluvias y de pequeños ríos interiores”. Y agregó: “Este año el Paraná no alcanzó esos niveles, por eso no hubo alimentación de los valles de inundación”.
Finalmente, sostuvo que asegurar la navegabilidad del río no implica su destrucción: “Hay que ponerlo en contexto. Si uno mira cómo se gestiona la navegación en el Mississippi o en Europa, se trata de garantizar el tránsito fluvial sin comprometer el comportamiento natural del río. Y eso es perfectamente posible también en el Paraná”.