De una noche soñada al horror: a 8 años del ataque en el concierto de Ariana Grande en Manchester

22 de mayo 2025, 9:19hs

Era la noche soñada para miles de adolescentes. Ariana Grande cerraba su show en el Manchester Arena, en el clímax de su gira Dangerous Woman Tour. Eran las 22:31 del 22 de mayo de 2017 cuando la alegría se transformó en horror: una bomba explotó en el vestíbulo del estadio y dejó 22 muertos —la mayoría niñas, niños y sus padres— y más de cien heridos. Fue el peor atentado en el Reino Unido desde los ataques del 7 de julio de 2005.

El atacante, Salman Abedi, tenía 22 años, era hijo de inmigrantes libios y había nacido en Manchester. Llevaba un explosivo casero en su mochila, que detonó al finalizar el show, en medio de la multitud que empezaba a salir. El estadio se convirtió en un infierno: gritos, escombros, confusión, padres buscando a sus hijos, adolescentes ensangrentados sin saber hacia dónde correr. “Había gente aplastada en el suelo”, relató una madre. Otra, Sharon Hartley, recordó la llamada de su hija de 14 años: “Pude oír el auténtico terror en su voz”.

Ariana Grande no resultó herida, pero el impacto emocional fue devastador. La artista suspendió la gira y regresó en silencio a Estados Unidos. “Destrozada. Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras”, escribió horas después. Semanas más tarde, volvió a Manchester para visitar a víctimas internadas, como la pequeña Lily Harrison, de ocho años, y para organizar el concierto benéfico One Love Manchester, que reunió a figuras como Justin Bieber, Coldplay y Katy Perry. Recaudaron más de 10 millones de libras para las familias afectadas, y la ciudad le otorgó a Ariana la ciudadanía honoraria.

La investigación judicial descubrió que Salman no actuó solo. Su hermano menor, Hashem Abedi, había colaborado en la preparación del atentado y volado a Libia semanas antes. Fue extraditado, juzgado y condenado en 2020 a 55 años de prisión. Aunque nunca apretó el detonador, tuvo una “participación integral en la planificación”, según el tribunal.

Una de las víctimas del atentado, al ser abrazada por Ariana Grande.

Cinco años después, un informe independiente puso el foco sobre el MI5, la agencia de inteligencia británica. El documento, encabezado por el juez John Saunders, reveló que hubo alertas claras sobre Abedi que no fueron compartidas ni atendidas. Una de ellas llegó apenas días antes del atentado. El MI5 reconoció públicamente su falla: “Estoy profundamente apenado. Si hubiéramos actuado a tiempo, quizá las víctimas estarían vivas”, admitió su director.

El atentado dejó una herida abierta no solo en Manchester, sino en todo el Reino Unido. A ocho años del ataque, el recuerdo de esa noche sigue vivo. Las imágenes de padres corriendo entre escombros, los abrazos silenciosos en el hospital, el canto tembloroso de Ariana bajo la lluvia, forman parte de una memoria colectiva que aún duele.

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