Germaín Caballero, alcalde de San José de Chiquitos, Bolivia, explicó de qué manera crearon un protocolo para enfrentar la pandemia por Coronavirus, a través del uso del dióxido de cloro. En declaraciones exclusivas para Medios y Estrategias dio detalles de cómo fue evolucionando la situación sanitaria y de qué manera cuando todos los procedimientos médicos recomendados por la OMS y las autoridades sanitarias de Bolivia se mostraban ineficaces para recuperar a las personas, advirtieron la posibilidad del uso de esta sustancia alternativa.
El alcalde de San José de Chiquitos dio detalles sociales de su comunidad. En una superficie de 22.000 kilómetros cuadrados, conviven 28 comunidades indígenas; 60 nucleamientos campesinos y 12 comunidades menonitas, además de la planta urbana. “El uso del dióxido se dio en el período más crítico de la emergencia sanitaria. Nosotros desarrollamos una primera fase de contención para evitar que llegue el COVID-19 al municipio, y logramos mantenernos dos meses libres de coronavirus, hasta que apareció. A partir de ahí comenzamos otra etapa que fue el control de los nexos epidemiológicos para evitar que se dispare la cadena de contagios. Lastimosamente entre el primero de mayo, el primer positivo, y el primero de junio, tuvimos una escalada gigantesca, mas de 100 contagios, más de 16 fallecidos. Para colmo, las pruebas que se remitían a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, capital departamental, demoraban entre 20 y 30 días en mostrar resultados, y sabemos que unas de las complejidades de esta enfermedad es que el 80% de los contagios son asintomáticos”, explicó Caballero.
El caso que generó un quiebre en la comprensión de la pandemia ocurrió el 22 junio, cuando se encontraron con un paciente en estado muy crítico, con diagnóstico para referirlo a la ciudad de Santa Cruz a una terapia intensiva con intubación. “Los médicos fueron claros: si no se lo intubaba, seria inevitable su muerte. Pero desde Santa Cruz que es la ciudad con el mejor sistema sanitario de todo el país nos avisaron que ya no había camas disponibles en terapia intensiva. En ese momento, una sobrina del paciente que es medica nos dijo que usemos dióxido de cloro y ella misma nos dio la dosificación para atenderlo. En 3 horas de una atención intensa, con dosis cada 15 minutos, el paciente comenzó a mejorar. A los 4 días estaba con sus parámetros normales y al quinto día fue dado de alta, sin ningún tipo de secuelas lo cual fue muy llamativo siendo que además era de riesgo porque era paciente diabético”.
El jefe comunal mostró las diferencias en cuanto a las secuelas posteriores sufridas por su primo hermano, quien fue tratado integramente por médicos de Santa Cruz de la Sierra, estuvo 52 dias en terapia intensiva intubado y pudo sobrevivir pero con daño en su laringe y en su sistema de locomoción. “Mientras tanto, todos los que fueron atendidos aquí con dióxido de cloro se recuperaron bien sin secuelas y con un tratamiento sumamente económico”, enfatizó el alcalde Germaín Caballero. Durante la entrevista audiovisual hizo también un reclamo a las autoridades sanitarias de todos los países para habilitar los estudios clínicos y corroborar la extraordinaria efectividad de esta sustancia.
“Gracias a nuestra determinación no solamente estamos libres de contagios desde septiembre sino que además hemos podido normalizar paulatinamente todas las actividades económicas lo cual trajo alivio tras los efectos dañinos del parate cuando estuvimos en cuarentena estricta”, redondeó Caballero.