Un estudio de la Universidad de Cambridge reveló que la interacción social es vital para la salud, fortaleciendo el sistema inmunológico. La soledad, en contraste, eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares (ACV) debido a cambios en los niveles de proteínas. El estrés crónico derivado de la soledad afecta las respuestas neuronales e inmunológicas, generando cambios fisiológicos perjudiciales. Según el Dr. Guido Dormán, situaciones psicológicas, como el estrés, modulan la respuesta del sistema nervioso e inmunológico, lo que puede desencadenar alteraciones en el organismo.
La soledad puede inducir inflamación, un factor clave en enfermedades cardiovasculares y ACV. Las placas de colesterol en las arterias se vuelven inestables y propensas a romperse, aumentando el riesgo de trombos. Estos procesos inflamatorios son dinámicos y pueden ser desencadenados por diversos factores, como infecciones dentales. La inflamación hace que las placas de colesterol sean más propensas a rupturas, lo que puede llevar a la formación de trombos y, en consecuencia, a un ACV. El Dr. Dormán explica que estas placas inflamatorias pueden causar la ruptura de la arteria y generar un trombo.
Además, la soledad se vincula con el deterioro cognitivo, como el Alzheimer. Si bien esta enfermedad tiene causas neurológicas, factores como la inflamación y problemas vasculares aceleran su desarrollo. La depresión, ligada a la soledad, también incrementa el riesgo de Alzheimer. Según el Dr. Dormán, la depresión en la mitad de la vida es un factor de riesgo para el Alzheimer, aunque la relación exacta aún se investiga. La depresión puede ser un factor de riesgo o un síntoma temprano de problemas cerebrales.
Para mitigar estos efectos, es crucial fomentar la socialización y mantener una vida activa física e intelectualmente. La participación social y la actividad previenen la depresión y reducen la gravedad de sus síntomas. En resumen, mantener lazos sociales fuertes y un estilo de vida activo son claves para cuidar la salud física y mental. El Dr. Dormán señala que actividades como socializar, mantenerse activo física e intelectualmente, pueden prevenir la depresión. La soledad y el aislamiento tienen un antídoto: la conexión social.
Fuente: Mitre Rcia 90.7 Encendidos