En los últimos cinco años, los trabajadores formales en Argentina experimentaron una pérdida del 10,6% en su poder adquisitivo. Un informe basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) revela que la inflación acumulada entre diciembre de 2019 y diciembre de 2024 fue del 2.614,4%, mientras que los salarios aumentaron un 2.326,5%, generando una notable brecha.
La devaluación de diciembre de 2023 intensificó esta problemática, llevando el salario promedio del sector privado registrado a su nivel más bajo en 14 años. Durante ese mes, los ingresos se contrajeron un 11,4%. Los trabajadores informales fueron los más perjudicados, con una disminución del 13% en su poder de compra entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024.
El sector público también sufrió un golpe significativo, con una pérdida del 22,1% en el valor real de los salarios estatales entre noviembre de 2023 y enero de 2024. Esta situación impactó directamente en el consumo, reflejado en la disminución de las ventas en supermercados (11,9%) y autoservicios mayoristas (15%) durante 2024.
Las perspectivas económicas sugieren que el poder adquisitivo de los trabajadores seguirá estando condicionado por la inflación y la política salarial. A pesar de algunos ajustes, el retraso en los ingresos continúa afectando el consumo y la actividad económica en general.