Argentina, más allá de sus playas y montañas, alberga más de 200 fuentes de aguas naturales que van desde manantiales hasta grandes complejos termales. Estos destinos ofrecen una alternativa para quienes buscan relajación y paz en entornos naturales únicos.

A continuación, te presentamos cinco parques termales "poco conocidos" que prometen una experiencia revitalizante.

Termas de Cacheuta, Mendoza, se ubican a orillas del Río Mendoza, al pie de la Cordillera de los Andes. El complejo cuenta con 20 piscinas naturales, áreas de juegos acuáticos, toboganes y cuevas sauna. También ofrece actividades como camping, spa con productos regionales, escalada, tirolesa, rafting y trekking.

Termas de Fiambalá, Catamarca, son descritas como un lugar de ensueño, con arcoíris rojizos y piletones naturales de aguas termales a diferentes temperaturas. Ubicado a 1550 metros sobre el nivel del mar, este oasis de paz ofrece paisajes únicos y una experiencia relajante6. Los alrededores del complejo hacen que la estadía sea aún más placentera.

Termas de Copahue, Neuquén, situadas al pie del volcán Copahue, ofrecen servicios medicinales como terapia complementaria para tratamientos de kinesiología y dermatología. Además de piscinas de aguas calientes y frías, hay un spa con masajes y tratamientos naturales. Para los más aventureros, se pueden practicar deportes náuticos, pesca, avistaje de aves y caminatas.

Termas de Federación, Entre Ríos, son una de las atracciones termales más antiguas y conocidas del país. El predio cuenta con 11 piletas, algunas techadas y otras al aire libre, con hidromasaje y cascadas. También hay actividades como visitas a la reserva natural, parapente, laberinto natural y paseos en kayak.

Y finalmente, las Termas de Río Hondo, Santiago del Estero son conocidas por tener la mayor cantidad de pozos termales en América Latina, ofreciendo un circuito hídrico con jacuzzis, saunas y salas de relax, así como propuestas deportivas y hotelería de primer nivel.