El orégano de San Carlos, en Mendoza, está a punto de convertirse en el primero en el mundo en obtener el sello de Indicación Geográfica (IG), una distinción que garantiza su calidad y origen. La Secretaría de Agricultura recibió una recomendación unánime de la Comisión Nacional Asesora de Indicaciones Geográficas y Denominaciones de Origen para registrar y proteger este producto bajo la Ley 25.380. Este avance es el resultado de un trabajo conjunto entre autoridades, productores, y expertos que destacan sus cualidades.
El éxito del orégano de San Carlos radica en sus características únicas: una alta concentración de aceites esenciales que otorgan intensidad aromática y un color vibrante. Estos atributos son el resultado de las condiciones climáticas específicas de la zona, como la amplitud térmica y la alta heliofanía. Además, el proceso de secado al sol y la limpieza del producto aseguran un orégano de calidad superior, libre de palos, polvo y mezclas con otras especies vegetales.
Para obtener el sello IG, el orégano debe cumplir estrictos requisitos. Entre ellos, que el corte tenga más del 30% de tipo “compacto”, hojas enteras de entre 1,5 y 4 mm, y una limpieza superior al 97%. También debe ser cultivado, secado y fraccionado exclusivamente en San Carlos. Su aroma, percibible a 30 cm de distancia, debe ser intenso y puro, sin rastros de contaminación con otras especies.
Con esta certificación, se espera que el primer año se produzcan 15 toneladas de orégano con sello IG, con un crecimiento previsto de 15 toneladas adicionales en los siguientes dos años. Este reconocimiento no solo destaca la calidad del producto, sino que también impulsa la economía regional y posiciona a San Carlos como referente mundial en la producción de orégano.
La obtención del sello IG no solo es un triunfo para los productores mendocinos, sino también un reconocimiento al valor de preservar y promover productos auténticos que reflejan la identidad y tradición de sus lugares de origen.