La ofensiva iniciada el 13 de junio, aceptando un alto el fuego bilateral propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump. El mandatario estadounidense confirmó que la tregua entró en vigor a las 04:00 GMT y pidió respeto mutuo. Por su parte, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, también anunció oficialmente el "fin de la guerra de 12 días", impuesta por Israel.
Según el gobierno israelí, esta ofensiva, apoyada por Estados Unidos, logró neutralizar la "doble amenaza" del programa nuclear y los misiles balísticos iraníes, destruyendo parte crucial de sus instalaciones atómicas. El primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que responderán "con la misma determinación y fuerza" si Irán intenta reactivar su programa nuclear. El ministro de Defensa, Israel Katz, enfatizó que Israel respetará la tregua "mientras el otro lado lo haga", y que ahora centrarán su ofensiva en Gaza para desmantelar Hamás y rescatar rehenes.
A pesar del anuncio de tregua, Irán no ratificó oficialmente el acuerdo. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, negó que hubiera un pacto firmado, pero afirmó que Teherán no continuará los ataques si cesa la ofensiva israelí. De forma contundente, Araghchi declaró que "nadie en Irán renunciará a la tecnología nuclear", asegurando que su pueblo y científicos hicieron enormes sacrificios para adquirirla y están más decididos a mantenerla.
La tregua se produce tras momentos críticos de tensión y enfrentamientos, incluyendo bombardeos israelíes en el norte de Irán con nueve muertos, y misiles iraníes sobre Beerseva que causaron cuatro víctimas. Previamente, Teherán atacó una base estadounidense en Qatar en respuesta a bombardeos de Washington contra instalaciones nucleares iraníes. La comunidad internacional observa con cautela si esta tregua se sostendrá, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a ambas partes a respetarla.
El anuncio del alto el fuego generó un alivio inmediato en los mercados globales, con fuertes ganancias en las bolsas europeas y asiáticas, y alzas generalizadas en Wall Street; el precio del petróleo se desplomó. En Israel, se levantaron todas las restricciones de seguridad, y los aeropuertos de Ben-Gurion y Haifa volvieron a operar a pleno rendimiento, marcando un retorno a la normalidad en el país.