Cómo fue que Resistencia se convirtió en la Ciudad de las Esculturas

La capital chaqueña representa un símbolo de pura cultura y tradición escultórica.
30 de junio 2024, 10:05hs
Por Guadalupe Palacios

No tanta gente lo sabe, pero la ciudad capital de la provincia de Chaco es un sinónimo de identidad cultural. Si uno recorre sus calles, es imposible no identificar las esculturas que adornan sus calles: Resistencia es un museo de arte al aire libre.

Aproximadamente 600 esculturas se encuentran emplazadas en las calles de Resistencia. Próximas a los transeúntes, pero a nadie se les ocurre hacerles daño: son un símbolo respetado por todos los ciudadanos. ¿A qué se deben estas esculturas? ¿De dónde provienen?

Por qué se le llama "la ciudad de las esculturas"

En esta tan acostumbrada columna semanal, hablaremos de historia y no cualquiera, sino de nuestra Ciudad y el origen de dicho apodo, que se remonta a la década de 1980.

Algunos hombres del arte, entre ellos Fabriciano Gómez (quien luego fue el presidente de la Fundación Urunday) decidieron reunirse y transformar la plaza 25 de Mayo de Resistencia en una exhibición al aire libre de esculturas, por el período de una semana. Este evento fue tan bien logrado y recibido por la gente del lugar, que al pasar los años el proyecto creció y se convirtió en la Bienal Internacional de Esculturas del Chaco.

En 1968 se emplazaron en las calles de Resistencia esculturas de Lucio Fontana, Carlos de la Cárcova, Hernán Domp, Pedro Zonza Briano y también de un joven chaqueño, de nombre Fabriciano Gómez, el segundo visionario de esta historia. 

Fabriciano tenía claro su objetivo: un certamen a cielo abierto, con los escultores trabajando frente al público y, luego, la donación de la obra a la ciudad. El sueño se concretó en 1988. Los escultores se instalaron en la plaza central de Resistencia y ahí comenzó ese diálogo tan poco común que se da en la capital chaqueña entre la gente y los escultores. “Fue una experiencia inédita en la Argentina”, recuerda Josese Eidman.

En los primeros ocho certámenes se convocó a artistas argentinos para trabajar exclusivamente en madera. Luego el concurso se internacionalizó, la organización se fue complejizando y a partir del año 2000 se convirtió en Bienal.

Hoy, en su modalidad, es el certamen escultórico más importante del mundo”, expresa Eidman, porque es a cielo abierto, con talla directa y durante siete días, ante la mirada del público, los escultores trabajan sus bloques de mármol, metal u otros materiales.

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