El análisis político posterior a las recientes elecciones provinciales se centra en desglosar los resultados y entender su impacto en el panorama nacional. Las conversaciones entre analistas destacan la tendencia de los oficialismos provinciales a tener éxito cuando desacoplan sus elecciones de la contienda nacional. También se examina el desempeño del Partido Justicialista (Peronismo) y la interpretación del Partido La Libertad Avanza sobre sus propios logros.
Un punto claro es el buen desempeño de los gobernadores e intendentes en sus jurisdicciones. Los oficialismos provinciales ganaron en términos electorales, lo cual fue confirmado por la jornada de ayer. Se mencionan victorias de las listas del gobernador en Chaco, Salta (Sáenz) y San Luis (Poggi). Este patrón de éxito local para los que ya están en el poder es una constante cuando las elecciones se separan de la elección presidencial.
Respecto a La Libertad Avanza, se considera que ganan en relación a sus "performances" anteriores en esas provincias, especialmente en Salta y Jujuy. Se ve como un desarrollo importante empezar a tener trazos de fuerza política a nivel provincial, ganando, por ejemplo, la elección a senador por la capital en Salta o saliendo segundos en Jujuy. Sin embargo, este avance no se define como un "gran triunfo" que marque el pulso nacional, ya que en Salta ganaron uno de 12 senadores y en Chaco se plegaron al gobernador. Aunque se reconoce un desarrollo, se considera que sus resultados en algunos casos están magnificados, como en Salta Capital donde ganaron con 20 puntos de diferencia (43% vs 23%) en un distrito específico.
En contraste, el Peronismo, particularmente el asociado al Kirchnerismo, muestra signos de desgaste viviente y resultados electorales muy malos en el norte argentino, una región que antes dominaba. Gobernadores con un signo más peronista han construido fuerzas políticas autónomas y le ganan al Peronismo tradicional en sus distritos. Se mencionan los malos resultados del peronismo salteño (sin diputados tras intervención), jujeño (tercero/quinto y dividido), chaqueño (segundo pero a mayor distancia que antes) y las dificultades de los Rodríguez Saá en San Luis para volver al poder. Se observa que el peronismo parece cada vez más encerrado en la provincia de Buenos Aires y le cuesta desarrollarse a nivel país.
El análisis también aborda al Radicalismo, que logra confirmar su gobierno en provincias como Santa Fe, Chaco y Jujuy, pero carece de liderazgos nacionales para replicar esa performance a nivel país. Finalmente, se subraya la época actual de "hiperpersonalismo" donde la gente vota más por referentes individuales que por identidades partidarias. Esto explica cómo figuras como Milei pueden llegar a la presidencia sin una estructura partidaria sólida a nivel nacional, ya que la transferencia de voto basado en la identidad partidaria es menor que antes. Se advierte que debemos prepararnos para resultados sorpresivos en elecciones futuras con formatos como la boleta única, donde la gente votará por lo que le gusta en cada categoría (presidente, diputado, etc.).
