Diversas voces del ámbito cultural se manifestaron preocupación ante la situación actual de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). Se advierte que la institución podría quedar "sin oxígeno" o "debilitarse", calificando la situación como un "ataque" a esta red cultural única en Argentina. La defensa surge de figuras con trayectoria en el sector, unidas a pesar de haber integrado gobiernos muy diferentes y mantener marcadas diferencias políticas, buscando destacar la importancia de este tema.
La CONABIP fue creada por ley hace más de 150 años, en 1870, por impulso de Domingo Faustino Sarmiento, quien trajo la idea de bibliotecas sostenidas por vecinos desde Estados Unidos. Las bibliotecas populares no son estatales, sino que funcionan como asociaciones civiles. Existen más de 1.500 distribuidas por prácticamente todo el país, constituyendo un "fenómeno enorme".
Estas bibliotecas son vitales, actuando en muchos lugares como el "Centro Cultural" del pueblo, ofreciendo cursos, conferencias, un espacio con WiFi para hacer tareas y clases particulares. Son un movimiento "muy admirado" y "muy reconocido internacionalmente". El Estado, a través de la CONABIP, las apoya con "subsidios muy pequeños", anuales, para contribuir a su sostenibilidad, y les facilita la compra de libros en la Feria del Libro de Buenos Aires.
La preocupación principal no es la eliminación total de subsidios, sino una propuesta en un decreto que plantea que la CONABIP "pierda su autonomía". Actualmente es una institución federal con representantes provinciales. Al perder su autonomía, quedaría "sujeta a los avatares presupuestarios de la Secretaría de Cultura". Se considera una "pena" que esta "gran institución" de nuestro país se pierda o se debilite.
Además de apoyar a las bibliotecas, la CONABIP se ocupa de promover el libro y la lectura en las provincias, realizando "muchísimas actividades". Quienes defienden la institución subrayan la necesidad de "sostenerlos de cualquier manera" y "fortalecerlas", evitando modificar estructuras para deprimirlas. Se recuerda el papel fundamental que cumplen como "caja de resonancia de la cultura" y fuente de acceso a la lectura.





