Alerta en la industria: cervecería evalúa frenar producción por la brutal caída del consumo

1 de junio 2025, 11:24hs

La marca emblemática de Argentina, Cervecería y Maltería Quilmes, atraviesa un momento crítico que la lleva a considerar una medida drástica: detener temporalmente la producción en su planta central, ubicada en el partido bonaerense de Quilmes. Esta posibilidad surge ante un desplome en las ventas que ya supera el 40% y que, según fuentes internas, podría alcanzar el 45%.

Este fuerte retroceso en las ventas se enmarca en un contexto de brusca caída del consumo masivo, un efecto directo del actual rumbo económico nacional. Ante este escenario desafiante, la compañía comenzó a implementar medidas que generan fuerte preocupación entre sus trabajadores.

Operarios de la planta denunciaron estar siendo presionados para adelantar sus vacaciones, incluso aquellas que corresponderían al año 2026, como una forma de evitar posibles suspensiones o despidos. Relataron que se les informó que, si no tomaban vacaciones ahora, la planta podría parar por 15 días con un sueldo reducido al 75%, lo que implica una pérdida real en sus ingresos. Fuentes cercanas a los delegados gremiales confirman que la interrupción podría ocurrir en los próximos días.

La planta de Quilmes no es una planta más: es la más importante de la compañía. Emplea directamente a unas 6.000 personas y genera aproximadamente 130.000 empleos indirectos a lo largo de su extensa cadena de valor. Aunque la empresa superó numerosas crisis económicas en el pasado, esta nueva recesión, descrita como prolongada y sin señales de mejora inmediata, está afectando incluso a compañías con alta capacidad de resiliencia.

El posible parate de esta planta madre representa un golpe tanto simbólico como real para la industria nacional. Pone de manifiesto cómo la pérdida del poder adquisitivo, el achicamiento del consumo interno y la falta de reactivación económica están impactando directamente en los pilares productivos del país. Esta situación no solo alerta sobre el futuro de los trabajadores cerveceros, sino que funciona como un termómetro del deterioro económico que afecta a miles de hogares argentinos.

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