El uso masivo de redes sociales y dispositivos móviles entre adolescentes generó un debate cada vez más urgente: ¿cómo afecta la vida digital al bienestar emocional de los jóvenes? Expertos en salud mental advierten que el tiempo excesivo frente a las pantallas se vincula con un aumento de trastornos como ansiedad, depresión y, en casos extremos, suicidio.
Jonathan Haidt, psicólogo y autor de La Generación Ansiosa, sostiene que la irrupción de los smartphones y redes sociales marcó un punto de quiebre en el desarrollo emocional de los adolescentes. “Esta gran reestructuración de la infancia es la principal razón de la oleada de enfermedades mentales en la adolescencia que comenzó a principios de la década de 2010”, afirmó.
En la misma línea, la psiquiatra Geraldine Peronace señaló que “la salud mental está en juego. El uso excesivo de pantallas tuvo y tiene un impacto directo sobre el aumento de trastornos en menores”. Para ella, la falta de supervisión familiar y la exposición a contenidos violentos o inapropiados agravan el problema. “El mundo virtual es real”, advirtió, remarcando que muchos padres no saben qué consumen sus hijos online.
La pediatra Silvina Pedrouzo, de la Sociedad Argentina de Pediatría, insistió en que el acompañamiento de los adultos debe ser constante: “Los niños y adolescentes aún no tienen la madurez suficiente para tomar decisiones sobre el uso saludable de la tecnología”.
La búsqueda de validación digital a través de “likes” y comentarios también se convirtió en una fuente de estrés. Según Peronace, esto deteriora la autoestima de los adolescentes y favorece la aparición de cuadros depresivos.
Frente a este panorama, los especialistas recomiendan a las familias establecer límites de uso, fomentar actividades sin pantallas, mantener un diálogo abierto y supervisar el contenido que consumen los jóvenes. La prevención, coinciden, comienza en casa.
