Acuña está imputada junto a su esposo, Emerenciano Sena, como partícipe primaria en el delito de homicidio doblemente agravado. Ojeda sostuvo que las acciones posteriores de Acuña fueron el "reflejo de una madre desesperada tratando de proteger a su hijo", con decisiones "totalmente erróneas y equivocadas", pero no parte de una organización homicida.
Para respaldar la desesperación, la abogada citó un mensaje enviado por Marcela Acuña a Fabiana González, que decía: "Creo que sucedió algo grave con César. Estoy desesperada". La defensa argumentó que esta frase no corresponde a una persona que había organizado matar a alguien, sino a una madre que se acababa de enterar de un hecho grave en su domicilio. La defensa insistió en que Acuña se enteró de los hechos recién cerca de las 17 horas del 2 de junio de 2023, contradiciendo el horario matutino que sostiene la Fiscalía.
Según el relato de la defensa, el descubrimiento ocurrió cuando Acuña buscaba ropa en la planta baja y encontró una puerta corrediza que usualmente estaba cerrada, semiabierta. Preocupada, ingresó a la habitación número tres, donde, desde la puerta y sin sus anteojos, vio la forma en la que "una frazada envolvía algo que aparentaba ser un cuerpo".
Tras la perturbadora escena, Acuña salió "disparada" de la habitación. La defensora explicó que ella le pidió a Gustavo Obregón que sacara "lo que ella había visto de su domicilio". Aunque admitió que estas no fueron las decisiones correctas (no llamó a la policía ni pidió ayuda), su objetivo era que su marido Emerenciano "no se enterara" y proteger a su hijo César.
