Un soldado del Ejército Argentino, de 21 años y oriundo de Misiones, fue hallado muerto de un disparo en la cabeza dentro del perímetro de la Quinta de Olivos, donde cumplía funciones de seguridad, generando conmoción entre sus compañeros y las autoridades del predio.
El hallazgo ocurrió este martes en uno de los puestos internos de la residencia presidencial, donde se activaron de inmediato todos los protocolos de seguridad y se convocó a la DUOF San Isidro de la Policía Federal, que realizó la primera intervención junto al personal de Seguridad Presidencial.
Por disposición de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, con jurisdicción en la zona, se inició una investigación a cargo de la División Homicidios de la PFA, que analiza las circunstancias del hecho. Según las primeras informaciones, la hipótesis principal apunta a un suicidio, ya que junto al cuerpo se encontró una carta presuntamente redactada por el joven, dirigida a sus camaradas y a su familia, en la que mencionaba deudas económicas significativas.
R.A.G. estaba destinado al Escuadrón Chacabuco del Regimiento de Granaderos a Caballo. Consultas sobre su perfil crediticio revelaron deudas por casi dos millones de pesos con distintas entidades financieras, mientras que el pago de su salario estaba a cargo de la Contaduría General del Ejército. El arma utilizada, un FAL, fue hallada junto al cuerpo.
La autopsia se realizará en la Morgue Judicial de la Ciudad de Buenos Aires y se espera el traslado del cadáver en las próximas horas. El hecho se produce mientras el presidente mantenía su agenda habitual, incluyendo una reunión formal con el mandatario electo de Chile, José Antonio Kast.
Este episodio se suma a otros incidentes de seguridad en la Quinta de Olivos, como la amenaza de bomba registrada en junio de este año, que también fue investigada por la jueza Arroyo Salgado y fuerzas federales, aunque en esa ocasión no se detectó ningún explosivo.





