La NASA asegura que el enigma que rodea al 3I/ATLAS se resolverá en diciembre, cuando se espera que aporte nuevos datos sobre su naturaleza.
El cometa, que no representa peligro alguno, alcanzó su punto más cercano al Sol el pasado 29 de octubre. Al día siguiente, se situó a 1,35 unidades astronómicas, lo que equivale a 202 millones de kilómetros. Sin embargo, la fecha crucial será el próximo 19 de diciembre, cuando se espera que el objeto alcance su punto más cercano a la Tierra, ubicándose a 270 millones de kilómetros.
La fascinación científica se debe a que el 3I/ATLAS no se comporta como los cometas comunes. Esta trayectoria inusual ha llevado a científicos como Avi Loeb de la Universidad de Harvard a plantear la posibilidad, aún sin pruebas, de que pueda tratarse de un objeto de origen tecnológico o artificial. Otros expertos sostienen que su comportamiento se debe a la liberación de gases por la desgasificación del cometa.
Para monitorear este cuerpo celeste, la NASA emplea una amplia red de herramientas. Las observaciones son realizadas periódicamente por satélites como Hubble, Webb, TESS, Swift, SPHEREx, el rover Perseverance, Mars Reconnaissance Orbiter y Europa Clipper. A pesar de la cercanía que tendrá en diciembre, el cometa solo podrá ser visto con grandes telescopios.
Se espera que la información recopilada durante la próxima aproximación sea esencial para la ciencia. La Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA buscan que los nuevos datos permitan, finalmente, descifrar el origen del cometa 3I/ATLAS, aportando así más información sobre su naturaleza y formación.





