Ovidio Guzmán, uno de los hijos del célebre narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, se declaró culpable de cuatro cargos de narcotráfico ante la justicia de Estados Unidos. Esta importante decisión le permitirá a "El Ratón" evitar un juicio con jurado y, de esta forma, obtener una sentencia menos severa en caso de ser condenado por estos delitos.
Este acuerdo de culpabilidad, formalizado durante una audiencia en un tribunal de Chicago tras meses de negociación con el Departamento de Justicia, es la primera vez que un hijo del “Chapo” firma un pacto con fiscales estadounidenses. La Fiscalía alega que Ovidio Guzmán López, junto con su hermano Joaquín Guzmán López, dirigía una facción del cártel conocida como “Los Chapitos”. Como parte del acuerdo, Ovidio admitió haber supervisado una "impresionante" operación de tráfico de fentanilo que canalizó grandes cantidades de este opioide sintético a Estados Unidos.
Durante la audiencia, Guzmán, de 35 años, apareció con un traje naranja de presidiario y con esposas en los pies. Con una barba y lentes, adoptó un aire humilde mientras escuchaba mediante audífonos las preguntas de la jueza Sharon Coleman. La magistrada Coleman será quien fije su sentencia dentro de seis meses, y se espera que Guzmán evite la cadena perpetua al acceder a colaborar con la justicia.
El fiscal puntualizó que solicitará una pena menor a la perpetuidad siempre que Guzmán cumpla con lo que prometió. Esto implica que deberá brindar suficiente información a la justicia estadounidense para continuar persiguiendo el narcotráfico. Guzmán tomó la palabra para asegurar que sufre depresión, diagnosticada en octubre pasado, y que está tomando medicación, además de dejar claro que nadie lo había forzado a declararse culpable.
La fiscalía pidió además que Guzmán pague una multa de 80 millones de dólares. No obstante, tanto el importe definitivo de esta multa como la pena de prisión final corresponderán fijarlas a la jueza Coleman. Esta declaración de culpabilidad representa un paso significativo en los esfuerzos de Estados Unidos contra el narcotráfico y marca un precedente importante en la forma en que los miembros de la familia Guzmán enfrentan la justicia.
