La reconocida escritora J.K. Rowling generó controversia al expresar su opinión sobre la ideología de género, argumentando que esta socavó la libertad de expresión, la verdad científica, los derechos de los homosexuales y la dignidad de las mujeres y las niñas. Sus declaraciones se producen en un contexto de debate sobre la participación de atletas transgénero en deportes femeninos, tras decisiones tomadas por líderes como Donald Trump y Javier Milei.
Rowling critica a quienes minimizan la importancia de este debate, señalando que la ideología de género fue impuesta por políticos, organismos de salud, académicos y medios de comunicación, generando amenazas y violencia contra quienes se oponen. Además, denuncia que se difamó y discriminó a personas por cuestionar esta ideología, llegando a la pérdida de empleos y el daño a vidas.
La autora de Harry Potter sostiene que las mujeres trans siguen siendo hombres y los hombres trans, mujeres, lo que le valió el calificativo de TERF (feminista trans excluyente). Rowling argumenta que los hombres, tanto los que se identifican como trans como los que no, son los que más se han beneficiado de la ideología de la identidad de género.
Rowling también critica a los izquierdistas que, según ella, utilizan esta ideología para exhibir sus credenciales progresistas, despreciando las necesidades de las mujeres y las niñas. Considera que las verdaderas víctimas de este "caos" son las mujeres y los niños vulnerables, los homosexuales que se han resistido al movimiento y las personas que temen ser vilipendiadas por un pronombre fuera de lugar.
Finalmente, Rowling ironiza sobre la necesidad de "hacer una limpieza" en las redes sociales, borrando rastros de mantras activistas y ataques personales, ante la inminente percepción generalizada de la "locura" de esta ideología.