En la actualidad, los dispositivos electrónicos forman parte indispensable de la vida cotidiana, especialmente entre los estudiantes universitarios. Computadoras, teléfonos móviles y tabletas ocupan gran parte de su tiempo, tanto en la educación como en las interacciones sociales. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas también plantea interrogantes sobre sus efectos en la salud visual. Un proyecto de investigación llevado adelante por Joaquín Burgos, becario de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), se propone explorar este impacto entre los estudiantes universitarios.
El estudio, titulado "Caracterización del Síndrome Visual Informático entre estudiantes universitarios, Corrientes-Argentina 2023-2024", tiene como objetivo principal identificar los síntomas relacionados con el Síndrome Visual Informático (SVI), especialmente entre los estudiantes de la Facultad de Medicina. Bajo la dirección de la doctora Rosana Gerometta, Burgos ha comenzado un relevamiento exhaustivo para analizar la prevalencia de este síndrome, que está asociado con el uso prolongado de dispositivos electrónicos.
El SVI se caracteriza por síntomas como fatiga ocular, dolor en los ojos, visión borrosa, y dolores de cabeza, que resultan de las demandas visuales generadas por las pantallas. De acuerdo con la Asociación Americana de Oftalmología, estos síntomas se deben a la necesidad de los ojos de realizar un esfuerzo constante al mirar las pantallas, lo que dificulta el parpadeo y aumenta la presión ocular.
En la investigación, se revela que casi el 98% de los estudiantes universitarios han experimentado algún síntoma relacionado con el uso excesivo de pantallas. Entre los síntomas más frecuentes están el cansancio ocular y el dolor en los ojos, alertando sobre una preocupación que trasciende lo momentáneo. Este proyecto no solo aborda los problemas visuales, sino que también examina síntomas posturales como dolores de espalda y cuello, que suelen ir acompañados de dificultades con los movimientos oculares.
La investigación, que se centra en los estudiantes de tercer año de Medicina de la UNNE, lleva a cabo un relevamiento con encuestas que incluyen preguntas sobre el uso de dispositivos, las horas de exposición a las pantallas y la intensidad de los síntomas. Los resultados hasta el momento apuntan a que una gran parte de los estudiantes pasan entre 9 y 12 horas diarias frente a las pantallas, lo que aumenta significativamente el riesgo de sufrir problemas visuales. Un estudio previo ya había mostrado que el 35% de los estudiantes universitarios en Argentina tienen una exposición diaria a dispositivos electrónicos de entre 9 y 12 horas.
El proyecto también tiene como objetivo identificar los tipos de pantallas más utilizadas y las patologías oculares preexistentes entre los estudiantes. Esta información permitirá sentar las bases para desarrollar futuras estrategias de prevención y cuidado visual, particularmente en un contexto donde la educación virtual y el uso de tecnologías digitales son cada vez más prevalentes.
La pandemia aceleró la adopción de tecnologías digitales, haciendo que investigaciones como esta sean cada vez más necesarias para abordar los riesgos que implica el uso prolongado de dispositivos electrónicos.