En una reciente entrevista en Radio Facundo Quiroga, el Dr. Ernesto Iliovich abordó el impacto de la ansiedad y los ataques de pánico, destacando su creciente prevalencia, especialmente después de la pandemia. "La ansiedad está tocando todas las puertas de la gente, y los ataques de pánico se están volviendo cada vez más comunes", afirmó. El médico explicó que, aunque son trastornos que comúnmente se asocian con la psicología y la psiquiatría, son las consultas más frecuentes que recibe en su consultorio como médico clínico.

Iliovich indicó que muchas veces los pacientes somatizan sus problemas emocionales en forma de síntomas físicos, como palpitaciones, insomnio, cefaleas, gastritis y otros problemas digestivos, sin saber que estos pueden estar relacionados con la ansiedad. "La gente empieza a consultar por distintos síntomas físicos y, al final, la raíz del problema es la ansiedad, algo que afecta a entre el 30% y 50% de la población", explicó. Además, destacó que el estilo de vida acelerado, la falta de descanso y el estrés constante contribuyen significativamente a estos trastornos.

El diagnóstico, según el doctor, requiere una evaluación profunda, que muchas veces incluye sugerir un cambio en los hábitos de vida, como la reducción del estrés y la incorporación de actividades relajantes. “La clave está en reducir el ritmo de vida, respirar, meditar, oxigenarse y cambiar hábitos que son terapéuticos”, subrayó. También recomendó que los pacientes, al enfrentar síntomas de ansiedad, consideren la opción de consultar con un psicólogo o psiquiatra.

En cuanto a los ataques de pánico, el Dr. Iliovich explicó que son una manifestación extrema de la ansiedad y suelen presentarse con síntomas físicos graves, como dolor en el pecho, falta de aire, mareos y sudoración. "Muchos pacientes llegan a emergencias convencidos de que están teniendo un ataque al corazón", relató. Estos episodios, que pueden ocurrir con mayor frecuencia en personas de mediana edad, tienen un gran impacto emocional y físico, y requieren atención profesional para evitar que se conviertan en un patrón recurrente.

Finalmente, Iliovich reflexionó sobre las causas subyacentes de la ansiedad, mencionando que vivimos en una sociedad que prioriza la productividad y la imagen personal, lo que dificulta que las personas se tomen el tiempo necesario para cuidar su salud mental. "La intolerancia a la frustración y la constante presión por ser perfectos generan un caldo de cultivo para la ansiedad", concluyó.