Lanzada a nivel mundial el año pasado en el Festival de Venecia y de reciente estreno en salas argentinas, Golpe de suerte en París marca un insospechado debut para Woody Allen: se trata de su primera película rodada en Francia, con actores franceses y hablada en francés. Pequeño ensayo sobre las miserias (muchas) y los pocos esplendores de la pequeño burguesía francesa, Allen narra una historia con ecos cercanos de Match Point y tal vez un poco más lejanos de Crímenes y pecados.
Golpe de suerte en París, que acaba de estrenarse en las salas de cine de Argentina, cuenta con la participación actoral de Lou de Laage, Niels Schneider y Melvil Poupaud, el trío protagónico y sentimental del relato. Un casting que Allen reconoce fue realizado a la distancia luego de reconvertir el guion original en una historia ciento por ciento parisina. La historia de una mujer casada cuyo reencuentro con un ex compañero de estudios pone en marcha las ansiedades y miedos del romance extramatrimonial, punto de partida de una trama que no excluye la posibilidad del crimen. El trasfondo son las calles, cafés y dormitorios de París, aunque existe más de una escapada a la campiña, todo ello iluminado por el ojo atento del italiano Vittorio Storaro, colaborador de Allen como director de fotografía en varios títulos tardíos de su carrera.