El 22 de febrero de 1904 se izó por primera vez la bandera argentina en la estación meteorológica de las Islas Orcadas del sur, en la Antártida. Desde entonces, hace 117 años, somos el único país del mundo que mantiene su presencia ininterrumpida en el continente blanco.
El Teniente Coronel Darío Lucero, Jefe de la Base Esperanza, contó en Radio Facundo Quiroga cómo se celebra un nuevo aniversario para rememorar el acontecimiento que dio origen al Día de la Antártida Argentina: la jornada comienza con el izamiento del pabellón nacional en homenaje a la dotación que realizó el primero por aquel entonces.
Lucero aseguró que “es un inmenso orgullo y un gran compromiso estar a la altura de la circunstancia, por la obligación ética y moral de contribuir al sostenimiento de nuestra soberanía para seguir reclamando territorio con la presencia de 6 bases permanentes además de las temporales”.
Ya en su segunda campaña (la primera fue en la Base Belgrano II, la más austral del país), el actual Jefe de la Base Esperanza contó que para estar en condiciones de hacer la campaña de invierno se debe aprobar un curso de un año: “No cualquiera tiene la misma aptitud para desarrollar una tarea así, en lo personal, siempre llamó mi atención desde chico la actividad en la Antártida, lo que me llevó a querer conocer el último continente. Me motiva el hecho de que aún guarda muchos misterios”.
Cómo es la vida en la Antártida Argentina
En el “continente blanco” convive el personal de las tres Fuerzas Armadas, técnicos científicos y civiles, trabajadores del Servicio Meteorológico Nacional.
Sobre el día a día en el continente blanco, Lucero explicó que más allá de la conectividad por Internet “sigue siendo como a mediados de Siglo, es una situación de confinamiento”. Detalló que no tienen contacto diario con las posibilidades de abastecimiento como sí ocurre en otras ciudades que tienen más a mano los supermercados. Por eso, “estamos obligados a una administración detallada con la mercadería o el agua dulce, trabajo que genera una conciencia distinta”.
Lo mismo ocurre con los desperdicios que generan durante todo un año: “La basura se clasifica por distintos tipos y se embala para enviar al final de la temporada, cosa que permite tomar conciencia de la cantidad de residuos que uno genera”. Tal es así que, “los días tienen la particularidad de la vida en comunidad, lo que hace valorar aquello a lo que no se le da importancia en el Continente”.